Of. de Lectura / Vigilias



“A medianoche se oyó una voz que decía: Mirad, viene el Esposo, salid al encuentro.” (Mateo 25, 6).

Vigilia viene del latín per~vigilium que se traduce como un transcurrir velando. La oración de las Vigilias arraiga una tradición de siglos en la comunidad cristiana, principalmente en las congregaciones de vida contemplativa. A semejanza de la Vigilia Pascual (el Sábado Santo por la noche), en muchas Iglesias hubo la costumbre de iniciar la celebración de algunas solemnidades con una vigilia… (Princ. LH, 71). De esta forma, todos los Domingos del año, como día de la resurrección del Señor y demás solemnidades tienen sus Vigilias propias que se rezan cuando aún es de madrugada y el alba no ha llegado a despuntar, esto es, precediendo a las Laudes, que se rezan con el clarear del nuevo día.

La Hora de Vigilias es momento más que propicio para el encuentro íntimo con Dios,  implantadas en el silencio profundo de la noche que serenamente transcurre. Las Vigilias son la oración del alma que proclama la fe firme en Cristo Vivo y espera a su Señor hasta que vuelva. Es tiempo especial de alabanza honda y larga escucha que la calma de la noche parece encaminar naturalmente. Es encuentro de paz, en tanto supone mantener encendida la lámpara de la fe ante el advenimiento del Esposo. Celebrar Vigilias es asemejarse a las jóvenes prudentes que guardan su aceite y atienden la llama de sus lámparas; éstas comparten la Alegría cuando retorna el Esposo. (Mateo 25, 1-13). Vigilias es así oración de la fidelidad que lidia con el sueño abrumador y el cansancio presente, pero que sabe que allí mismo es donde más reside la belleza de la oración.

Las Vigilias constan del Oficio de Lectura (himno, salmodia y lectura bíblica y patrística o eclesiástica; el cual a su vez, puede rezarse por separado a cualquier hora de la jornada, incluso en esta) al que se le suma una nueva salmodia de cánticos, la lectura del Evangelio propio y el Te Deum (si corresponde). De esta forma, la extensión de las Vigilias y sus elementos se orienta a ofrecer una más abundante meditación de la Palabra de Dios y de las mejores páginas de los autores espirituales (Cf. Princ. LH, 55).

Las Vigilias es la oración más propia del alma enamorada del Señor que madruga por su Dios; es oración de la Amada, de la propia Iglesia que espera a Cristo, su Esposo; y es oración de la cierva sedienta que acude por agua a las fuentes del Señor: “Oh Dios, Tú eres mi Dios, por ti madrugo.” (Salmo 62, 2).


Himnos de Vigilias.

Algunos himnos propios del Oficio de Vigilias.

HIMNO: ¿QUÉ VES EN LA NOCHE?

¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?

Dios, como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.

¿Qué ves en la noche
dinos, centinela?

Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.

¿Qué ves en la noche
dinos, centinela?

Muerto le bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
Piedra contra piedra.

¿Qué ves en la noche
dinos, centinela?

Vi los cielos nuevos y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos,
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
y eran todas buenas. Amén.

HIMNO: ESTE ES EL TIEMPO EN QUE LLEGAS

Éste es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.

Salen cantando a tu encuentro
doncellas con ramos verdes
y lámparas que guardaron
copioso y claro el aceite.

¡Cómo golpean las necias
las puertas de tu banquete!
¡Y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte!

Mira que estamos alerta,
Esposo, por si vinieres,
y está el corazón velando
mientras los ojos se duermen.

Danos un puesto a tu mesa,
Amor que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre. Amén.


HIMNO: LA NOCHE NO INTERRUMPE

La noche no interrumpe
tu historia con el hombre.
La noche es tiempo
de salvación.

De noche descendía
tu escala misteriosa
hasta la misma piedra
donde Jacob dormía.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche celebrabas
 la Pascua con tu pueblo,
mientras en las tinieblas
 volaba el exterminio.

La noche es tiempo
de salvación.

Abrahán contaba tribus
de estrellas cada noche;
de noche prolongabas
la voz de la promesa.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche, por tres veces,
 oyó Samuel su nombre;
de noche eran los sueños
 tu lengua más profunda.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche, en un pesebre,
nacía tu palabra;
de noche lo anunciaron
 el ángel y la estrella.

La noche es tiempo
de salvación.

La noche fue testigo
de Cristo en el sepulcro;
la noche vio la gloria
 de su resurrección.

La noche es tiempo
de salvación.

De noche esperaremos
tu vuelta repentina,
y encontrarás a punto
la luz de nuestra lámpara.

La noche es tiempo
de salvación. Amén.


Algunos himnos nocturnos para rezar al despertarse durante la noche, antes de volver a dormir.

HIMNO: LABRADOR DE TODO EL DÍA

Labrador de todo el día,
Señor, de todas las horas,
¡cuánto dormí aquella noche
larga, oscura y engañosa!
Tú me quitaste del sueño,
me has dado perenne aurora.

Y  hoy, si despierto de noche,
ya no regreso a mi lecho;
ya no tiemblo, no me turbo;
hoy me apresuro a tu encuentro.
Y ante tus ojos, mi Roca,
te elevo un cántico nuevo. Amén.

HIMNO: MISTERIOSO ES EL SILENCIO

Misterioso es el silencio
de esta noche que transcurre,
y estrella fiel es mi alma,
que vela porque susurres.

Tú no duermes en la noche,
tus ojos nunca se cierran;
Centinela de mis noches,
contemplas mis pobres sendas.

Señor, ¡que el alma te busca!
y enamorada despierta;
ha unas horas te cantaba:
“¡Padre mío, eres mi fuerza!”

Gloria al Padre de los astros,
al Hijo; y en vida eterna
nos reciban con su Espíritu
en su Fiesta siempre nueva. Amén.

HIMNO: HACEDOR DE MIL FRESCURAS

Hacedor de mil frescuras,
y de mil albas distintas:
rocío y canto de grillos
anuncian pronta venida.

¡¿Por qué vararse en la noche?
¿Por qué no pensar el día?!,
cuando tu poder despunta
y abunda hacia el mediodía;

cuando la luz nos anuncia
resurrección y alegría;
cuando el trabajo nos llena
y los amigos alivian.

Sólo Tú, Señor, ahora
conmigo quedas y silbas.
¡Gracias, Señor, por la noche!
¡Gracias, Señor, por el día! Amén.

HIMNO: PRUDENTES AQUELLAS VÍRGENES

Prudentes  aquellas vírgenes;
permanecieron velando
mientras las otras dormían
ora un sueño, luego el llanto.

Prudentes aquellas vírgenes,
que sus sentidos cuidaron,
que guardaron el aceite
y no apagaron su canto.

Prudentes aquellas vírgenes;
en su gozo y su cansancio,
velando fieles, preparan
del Esposo, el gran abrazo. Amén.

HIMNO: CRISTO, SEÑOR, SOL ETERNO

Cristo, Señor, Sol eterno,
de los días y las noches,
¡¿quién puede quedar dormido
si hoy victoria da tu Nombre?!

Cristo, Señor, Sol eterno,
nuestra Pascua y nuestra Fiesta,
despertamos y al sepulcro
llegamos con Magdalena.

Cristo, Señor, Sol eterno,
gran Victoria y Fuerza nuestra,
¡felices porque vinimos!:
¡se está moviendo la piedra!

Cristo, Señor, Sol eterno,
paz  serena, fiel certeza,
si no llegamos a verte,
¡felices por fe tan cierta! Amén.

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